octubre 31, 2022
Fondo de Medios de Comunicación

Olga, vendedora

“Tengo retinitis pigmentosa y ya perdí un 80% de mi visión, con el 20% veo borroso y en las noches no veo nada y ya no salgo de casa”.

Para un ser humano que ha disfrutado parte de su vida de todo lo que la naturaleza nos muestra con sus colores y bellezas y de pronto deja de ver, sin lugar a dudas es una situación difícil de enfrentar y de adaptarse a vivir en un nuevo mundo desconocido, oscuro y lleno de obstáculos significa un nuevo aprendizaje que seguramente no todos pueden superar.

Olga comenzó a perder la visión a temprana edad y se dio cuenta porque cuando salía a jugar con sus amigas, era normal que la pelota le pegara en la cara y al oscurecer no veía prácticamente nada y con los años el sol también comenzó a molestarle… hoy nos explica que ya no sale de su casa porque choca con las cosas y es muy difícil para ella moverse sin dificultades.

“Yo tengo retinitis pigmentosa a la vista y ya perdí un 80% de la visión, veo todo borroso durante el día y por la noche no veo absolutamente nada, me lo diagnosticaron en el consultorio y pudieron determinar que es hereditario, porque mi abuelo tubo la misma enfermedad. Yo hacía deportes en el colegio y a las 18 horas me tenía que ir a la casa porque al comenzar a perderse el sol yo perdía la vista”.

“Siempre hasta cuando pude, trabajé como vendedora en minimarket y almacenes y se me dificultaba identificar los colores especialmente como el verde o el azul por ejemplo, después me empecé a equivocar con la plata, dando mal los vueltos, se me confundían fácilmente los billetes de mil y los de diez mil, después empecé a chocar con las cosas y mis empleadores se daban cuenta y me discriminaban por mi condición, muchas veces solo dure solo dos horas trabajando y ya después no me daban ganas de buscar trabajo o de ir a trabajar”.

“Lamentablemente mi enfermedad degenerativa no tiene cura, debo cuidarme del sol ya que mis retinas ya están muy dañadas y muchas personas en mi condición llegan a perder toda la visión y otros logran que quedar con un 20%”, gracias a Dios tengo el apoyo de mi madre que tuvo que dejar su trabajo para venir a ayudarme”.

Sin embargo no todo es negativo en esta historia: “Así como ya perdí el 80% de mi visión, mis otros sentidos, en especial la audición, se han agudizado y me ha permitido poder discriminar sonidos y saber que pasa en el día a día en mi casa”.

Al ser consultada por su conocimiento de la Ley de Inclusión Laboral de personas en situación de discapacidad (Ley Nº 21.015), nos asegura que no la conoce en detalle, pero que si ha escuchado por la televisión del cupo del 1% para personas de discapacidad que permite que existan puestos de trabajos para personas en su condición”

Y con respecto a la tecnología, tiene una buena evaluación pero con respecto a las pasarelas y cruces de calles porque tienen sonido y eso le permite saber cuándo pasar.

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